Parece una pregunta un tanto absurda y con una respuesta muy obvia. Sin embargo, si nos detenemos a pensar un momento pueden surgir otras cuestiones relacionadas, como son: – ¿Siempre han existido los champús? – ¿Qué ha de aportar al cabello este producto? A partir de este punto vamos a desentrañar varios mitos o falsas historias alrededor del champú.
Única función
El champú es un producto que sólo sirve para limpiar el cabello. Limpiar significa que elimina la suciedad provocada por la existencia de la grasa formada por las glándulas sebáceas, la descamación cutánea del cuero cabelludo y las partículas contaminantes ambientales que se depositan en el pelo. El causante de que el pelo se ensucie es el sebo porque atrapa suciedad, descamación y restos de productos cosméticos como perfumes, gominas, geles fijadores, lacas, etc., dando un aspecto desagradable y sin vida al cabello. Sin embargo, el sebo también protege de los daños externos producidos a la estructura proteínica del cabello.
Siempre ha existido…
El champú es de origen hindú y fue introducido en Inglaterra en el siglo XVIII. Etimológicamente significa “masajear” y fue un producto muy apreciado por la realeza inglesa. Tal y como lo conocemos actualmente, el champú se comercializa desde 1930 y su incorporación a la rutina de la higiene personal fue todo un avance ya que sustituyó al jabón como limpiador para beneficio del cuero cabelludo.
Cómo actúa el champú
El mecanismo químico que hace funcionar el champú es el mismo que el del jabón. El cabello sano tiene una superficie hidrofóbica a la que se adhieren los lípidos pero que repele el agua. La grasa no es arrastrada por el agua por lo que no se puede lavar el cabello sólo con agua. El champú contiene sustancias denominadas tensoactivos o surfactantes que favorecen la separación del sebo del cabello. La materia grasa se emulsiona con el champú y el agua y es cuando sí es arrastrada con el aclarado. Tanto el jabón como el champú contienen surfactantes pero el jabón se mezcla con la grasa con demasiada afinidad de manera que si se usa para lavar el cabello elimina demasiado sebo, perjudicando la salud del cabello. El champú usa surfactantes más equilibrados para no eliminar demasiado sebo, además contiene un pH ácido (menor de 7) para evitar que se rompa la queratina natural del cabello.
Por qué hay diferentes tipos de champús
El champú ha evolucionado para adaptar su función limpiadora a la cantidad de grasa de cada tipo de cabello (normal, seco o graso). Además, resulta un medio ideal para aplicar determinados tratamientos para combatir problema del cabello o cuero cabelludo como son el exceso de grasa, la caspa o la caída excesiva. También se utiliza junto con otras sustancias para combatir patologías. De este modo se añade al champú fungicidas para la dermatitis seborreica, antibióticos para la foliculitis, corticoides para la psoriasis, etc. Finalmente, es bueno que recordemos que sólo debemos pedir que un champú tenga las siguientes cualidades:
- fácil de enjuagar
- aportar buen acabado al cabello
- no irritar la piel ni los ojos
- no dañar el cabello
- no ser tóxico
- biodegrabilidad.
Si queremos tener el cabello brillante, fácil de peinar, sin encrespamiento, liso o con rizos sublimes… Utilizaremos productos formulados para ello, es decir, acondicionadores, mascarillas, etc. ¡El champú no hace milagros! Pero, los de Herbal… ¡casi!